N ací en el barrio que para mí es el más bonito de Granada, el barrio del Albaicín, aprendí a andar por todas las callejas y todos los parajes de mi barrio como el tan nombrado mirador de San Nicolás En el Albaicín teníamos tres casas, famosas por la cantidad de personas que vivían en ellas, estas son La Casa de la Lona, El Corralón, y La Casa de la Cavila, que hay fue donde me críe. Fui al colegio San José, era un colegio de monjas pero esto duró poco tiempo pues cuando hice la comunión mi madre decidió que tenía que trabajar y me colocó de peluquera, aquello fue una odisea, tenía que bajar todos los días, sola a las siete de la mañana por esa calderería, Plaza Nueva, hasta la Carrera de la Virgen y tan solo tenía nueve años. La señora Pura, que era la dueña de la peluquería no solo me quería como aprendiz de peluquería, también le lavaba la ropa, le fregaba los platos, le planchaba, y en los ratos libres lavaba las cabezas, eso era ot