Las desigualdades entre mujeres y hombres se reflejan
también en el lenguaje. Se dice que el lenguaje no es sexista
en sí mismo, lo sexista es el uso que hacemos de él.
Gualchos que dicen que es donde empieza la Alpujarra, aunque está a cuatro o cinco kilómetros del mar, pues ese es mi pueblo. Es un pueblo muy pintoresco, como un balcón al mar, a Sierra Nevada, a la Sierra de Lújar o a la Contraviesa. Tiene sus casa blancas , calles empinadas y limpias, con su iglesia tan hermosa y su torre que se ve desde todas partes; la fuente de la Mina con sus once caños de agua que está fresca en el verano y caliente en el invierno, que tanta gente va a coger para llevársela a sus casas y su grandioso lavadero donde antes siempre estaba lleno de mujeres lavando. Pero quiero centrar mi atención en la plaza de este que es mi pueblo, que tan buenos recuerdos tiene para mí, os lo voy a describir,,, es una plaza muy bonita, cuadrada y queda un poco en alto, en ella desemboca cinco calles, con el edificio del Ayuntamiento; la rodean sus distinguidas casas...
Estoy sola en mi casa, cojo el lápiz para escribir estas cosillas que recuerdan a tu niñez y la mía y te ríes al cabo de los años,… Vivía en la calle Burgos, hoy calle San Roque, a la derecha de la calle estaba la casa de Juan Escribano que fue alcalde de Motril, unos metros más arriba estaba el portón de Burgos donde había muchas niñas amigas mías, a continuación la fragua del Puga; también vivía cerca de nosotros Cueto, el clavelista. Enfrente la casa de Paco Correa, también clavelista, calle arriba estaba la tienda de la Cantimpla. Había muchas niñas en aquellos años, todas muy amigas, íbamos juntas al colegio y al catecismo; jugábamos en la calle todas, teníamos mucha unión. En lo alto de la calle había una fuente que daba vista al Barranco de las Monjas, donde también otras niñas subían y jugaban con nosotras. La salida del Barranco era por la Plaza de Toros; pero siempr...
Recuerdo a mi abuela Lola cuando me cogía en brazos y me daba chocolate, tenía un puesto de embutidos, iba siempre a pedirle un duro para comprar chuchería; un día me quedé en su casa, a mi primo Vicente mi abuela le daba un zumo de naranja, un día lo cogió y se lo tiró por encima, mi abuela lloraba con desconsuelo; y le dijo a mi padre que trajera las cajas de naranjas del campo y su madre le regañó. Cuando me operaron de las anginas, me regaló un burro, para mí era la mejor, yo la quería mucho. Cuando se la llevaron a la residencia lloraba porque la iban a sacar de su casa. Mi madre se la llevó a mi casa y mi padre no la quería y cogió y se fue a dormir a la autoescuela, a mi me pasaron a otra habitación. La Guerra Civil española le pilló en Granada, estaba buscando a su marido y le dijeron: a tu marido se lo han llevado en un camión al cuartel de La Palma. Mi abuela que iba con el recién nacido que era...
Comentarios