¡No me lo puedo perder!
Nací en un pueblo que es precioso, mi vida ha sido muy movida en todos los aspectos, fui una niña muy feliz cuándo chica y correteaba por las calles con mis amigas y jugábamos a la comba; en clase estábamos con una maestra muy buena y cariñosa, cuándo hicimos la primera comunión nos dio un desayuno con chocolate que era lo que se hacía antes. Cuando tuve las calenturas malta tenía 13 años y no pude asistir a clase y por eso no pude obtener el Graduado Escolar. Después ya me metí en el teatro, hicimos La Muralla y Anacleto se Divorcia.
Luego estuve en el coro de mi pueblo y dando catequesis en la iglesia a los niños de primera comunión, en esas entremedias comencé a tratar con mi novio que para mí fue lo más importante de mi vida; luego me casé y tuvimos dos hijos, un barón y una niña. Tuvimos una vida muy movida en lo que se dice en todos los aspectos tanto de trabajo como de salud, empezando por los niños que se pusieron malos de alergias y andábamos como locos siempre de médicos hasta que dieron con lo que era pues,… alergia.
Luego me puse mala y me tuvieron que operar en Granada de un asunto de ovarios y matriz, mi marido también se puso malo y tuvo que entrar en diálisis, como consecuencia murió en noviembre 1999. Entre todo esto que estoy contando también tengo que decir que mis hijos estudiaron, cosa que nos costó mucho sacrificio con lo que mi marido ganaba en aquellos tiempos que no era mucho. Mi hijo estudió Ciencias Empresariales y mi hija Ingeniera de Telecomunicaciones; trabaja en Madrid, pero vive en Pamplona, tiene una hija preciosa de dos años y está para comérsela y mi hijo tiene una hija también que es muy inteligente a sus 11 años, es una artista en informática y saca muy buenas notas, de sobresalientes casi todo, es una niña muy rica en todos los sentidos.
No todo ha sido regular, si no que también hicimos unos viajes maravillosos, entre otros lugares visitamos Suecia, Noruega, Italia, Santander, Galicia, Portugal, e Israel. En cada uno de estos lugares que vimos lo disfrutamos con mucha intensidad porque cada uno de estos lugares tiene su encanto y su cultura y muy bellos cada uno en particular, el que más me llenó fue los lugares de Tierra Santa como Jerusalén y el Muro de las lamentaciones, el Sagrado Sepulcro y como olvidar Belén y el río Jordán, el Monte Tabor, en fin todo es una maravilla.
Tengo una anécdota también un poco de mucha o mala suerte según se mire, un día un grupo de amigos y de familia fuimos a la playa, hasta ahí todo normal pero tiene su aquel, dijeron que porqué no subíamos a una barca y así fue; se montaron y yo me subí por el lado que más gente había, con la mala suerte que la barca se volcó y claro todos con ella, la mayoría sabían nadar yo no, me fui directamente al fondo del mar, el tiempo que estuve me lo pase desesperada cogiéndome a todas las piernas que vi; pero se me escapaban todas, lo pase fatal, es la sensación más angustiosa que se puede pasar. Cuando me sacaron no se explicar, tenía un paquete de tabaco y un mechero en la mano, creo que me aferré a eso como si fuera algo con que salvarme.
Tengo otra experiencia que tampoco se queda sin lo suyo, siendo niña llegué del cortijo de pasar el verano y nada más llegar me fui a la iglesia, como curiosa fui a ver el Altar Mayor que estaban cambiando, hasta ahí todo normal; pero fuimos a mirar la mesa que se iba a poner (de mármol claro ) con la mala suerte que me puse delante y otra chica se puso de otro lado y claro le empujó (sin querer ) y allí me cogió debajo como una ratonera, igual, me sacaron entre varios hombres, sólo tuve un derrame en el tobillo, una vez más tuve suerte, tengo motivos para darle gracias a Dios. También tuve una tienda, no daba abastos, con la casa, los niños, tenía que lavar a mano, matar los pollos, antes nos los llevaban vivos, a veces me tiraba de los pelos.
Un buen día se puso a llover y se caló el techo de la tienda y claro todo es normal, pero se filtró el agua por el techo de la tienda, menos mal que me dio por mirar, (lo tenía por costumbre) y encontré a mis hijos empapados de agua, los saqué de la cama como loca y los metí en la mía, a los tres minutos la escayola se cayó. No me imagino lo que pudo pasar si no me doy cuenta antes así que soy una persona con mucha suerte y repito, gracias a Dios.
Ahora estoy sola y como no se puede ir contra corriente, estoy haciendo muchas actividades las cuales me aportan muchas satisfacciones, como estar en una coral, que es lo que más me gusta, en clase de informática, me gusta la lectura, la música, en fin estoy disfrutando de esta “etapa de la vida” como mejor puedo, pienso que cada momento de la vida hay que disfrutarlo al máximo, porque siempre hay que seguir sorteando las piedras que la vida te pone en el camino, pienso que la vida no es fácil para nadie.
Mis hijos y mis nietas para mi es lo más valioso y hermoso que me ha dado Dios, me hacen mirar la vida de otra manera, de seguir luchando, ellos me dan la fuerza para seguir en la brecha, (no siempre lo consigo) , alguna veces también tengo mis días chungos.
“Creo que soy una persona fuerte” por lo menos intento llevar la vida con optimismo, disfrutarla lo mejor posible, dentro de mis posibilidades que son pocas, por mi estado de salud, estoy casi siempre de médicos; pero prometo luchar con toda mis fuerzas, merece la pena, no puedo fallar a mi familia, tengo la ilusión de ver a mis nietas grandes, ¡No me lo puedo perder! Siempre si Dios me lo permite, “LUCHARÉ”.
Magdalena Contreras Bustos
Comentarios
18-4 2010