Visitamos Guadix
Motril a 14 de Mayo
de 2013
Visitamos Guadix
Desde ayer tarde estoy preparando
esta visita, empezando por ver las noticias del tiempo, como es la temperatura
y la previsión de lluvia de este día en concreto. Para mi es una oportunidad de
hacer esto que tanto me gusta, interesándome por el número de asiento, hora de
salida, el tiempo en la zona, lo más esencial, para mi tranquilidad y curiosidad.
Me he levantado a las siete, lo
primero ha sido asearme y desayunar, como de costumbre, tomarme la pastilla de
aspirina, en la que llevo asociado ya hace diez años, cuando tuvo un cambio la
vida para mí.
Ahora me tomo las cosas con más
tranquilidad, he abierto la ventana, para asegurarme del tiempo que hace, en el
cual sigue nublado, como ya hace varios días con temperaturas suaves. Son las
ocho menos diez, me despido de mi mujer, que me pregunta ¿a que hora bienes?
–yo le contesto que vendré tarde, pues sólo
en el viaje se van cuatro horas.
Falta media hora, cuando salgo,
mi primo está en la puerta, esperando el butano, le pregunto por su madre que
ya tiene más de cien años, y el me contesta ¿Cómo quieres que esté? ahora estos
últimos días no tiene ganas de comer, sigo por el parque de la calle Ancha,
sentado aquí en la parada del autobús, donde llego el primero, viendo las hojas
de los árboles esparcidas, los perros haciendo sus necesidades en el verde
césped, la tórtola, en las palmeras, estas que se mueven con una brisilla que hace de levante, los
avioncitos, que van en bandadas piando furiosos y abajo las palomas picoteando
lo que encuentran en el suelo, para saciar su estómago.
Después de un buen rato empiezan
a llegar personas de las que iban al mismo sitio. Ya eran las ocho y media,
cuando subimos al autobús de le Empresa Romero, conducido por Samuel, el
asiento el cuarenta y nueve, aquí por los cristales ahumados se ven las nubes
más negras y espesas. A las nueve menos
cinco, salimos de la parada del Cerro de las Explanadas. Hola buenos días, se
presenta Manuel Martín Gálvez, voy a pasar la lista, comenta, en lo que
consiste este viaje, vamos a rodear esta hermosa sierra que se ve ahí en
frente, también recogeremos a dos compañeros en la entrada de Granada.
Visitaremos la Catedral, ¿Qué
pueblo tiene una Catedral?, el que quiera andar vamos a visitar una fuente que
tiene unas propiedades especiales, esto para el que no quiera entrar en el
balneario, comenta Manolo. Cuando pasamos por el pantano de Rules, es una obra
que lleva años almacenando agua, para soltarla por el mismo sitio de siempre,
esperando la conexión de las tuberías que están en el Puente del Río.
Hemos trabajado esto del Valle de
Lecrín, los cinco pueblos, que han cultivado sus tierras por sus habitantes, a
la izquierda el Cristo del zapato, quien no recuerda en cada viaje, a nuestro Maestro
ausente, el que siempre lo nombraba, hoy nos lo recuerda Manolo con el Cerro
del Caballo incluido. Por el Torrente, como baja el agua de la nieve destilada,
hoy un poco más mermada que la vez anterior.
Ahora cuando pasamos por Dúrcal, las nubes empiezan a dispersarse, el
sol transparente, se refleja en el blanco de los pueblos, mientras a la derecha
se mueven los generadores con sus aspas suavemente. Son las nueve y madia,
cuando por los cristales me alumbra el sol, a la derecha el Padúl, las espigas
del centeno se mueven, con la brisilla de levante, los almendros relucen sus
hojas llenas de piojos verdes. Un crisol de casas, con los materiales
disueltos, en estos edificios que empezaron y que no se sabe si terminaran con
la crisis, armazones de cemento con las maderas pudriéndose en las azoteas.
A las diez menos veinte paramos
para recoger los maestros, también aprovechó un viajero, para evacuar su
vejiga, en un aparcamiento de coches cercano. Se presenta Antonio, en Motril
vivimos lo mismo que el Guadix, los dos se encuentran en una hoya, lo que le
diferencia es que Motril tiene el mar, a las diez menos cinco cogimos la A 92,
olivos verdes, margaritas amarillas, a la derecha los picos más altos de la
península y al fondo la Granada que se extiende y se agrande por su vega.
Se obstruye el micro un momento,
se presenta Antonio el maestro. Aquí
tenéis el pueblo de Alfacar famoso por su pan en Motril tiene varias panaderías,
el Puerto de La Mora, los picos del Mulhacén y el Veleta, Huétor Santillán, a
la derecha y a la izquierda los pinos una maleza que hoy no tiene una solera de
nieve, como el anterior viaje que había nieve en las cunetas, las piedras
especiales.
El pueblo donde vamos a una
altitud de 1380 metros, primero tomaremos café en el Hotel Abadía, visitaremos
la Catedral, la Plaza de las Palomas, y comeremos en Pulí llena .Al pasar por
la venta del Molinillo, gratos recuerdos, de cuando pasaba, para llevar a mi
mujer a los baños, también por el que nos compraba las almendras que tenia una
finca y nos la refería, de esto hace mas de treinta y tres años. Ver este día
las abulagas con las flores amarillas, a la izquierda Diezma, el Cerro de San
Marcos donde sacan el santo, dicen también que hay fantasmas, yo no las he
visto, comenta Antonio.
Esto es el Altiplano, la hoya de
Guadix data de cuando estaban los dinosaurios, todo estaba debajo del agua, se
han encontrado conchas de aquellos tiempos, a la izquierda cuevas fortaleza
árabes, a las diez y media llegamos a desayunar, por mi parte me dediqué a ver
la tienda, donde hay expuestos varias cosas de comer y de otros artículos, en
la calle era imposible respirar, debido al polen de los chopos que volaban en
todas direcciones, era un agobio para respirar.
Guadix no tiene primavera, sólo
tiene verano y invierno, a las once menos cinco subimos de nuevo al autobús,
hace calor, copos de algodones de las flores de los choperas se hacen
insoportables. Dos cosillas, antes de empezar la primera que hace buen día, la
segunda, que el cumpleaños de una compañera, le cantamos cumpleaños feliz
“Felicidades Fátima” Este es el principio de sierra Nevada, comenta Antonio.
San Torcuato es el Patrón de
Guadix, esas excavaciones de un yacimiento romano, tal como lo vi hace años,
hoy con la diferencia que es primavera y las margaritas blancas están llenas de
flores. Vamos hacia la Catedral en la puerta impaciente esperaba la Madre Gema,
preguntada por las escaleras de entrada en las que hacen curva .Ella respondió
¡Que Dios os ampare! Ahora vamos a entrar al museo, “os aviso” que aquí está el
Santísimo.
Empezando quiero daros este
mensaje, madre no quiero un almacén de objetos religiosos, aquí empieza esa
visión que me dio Don Juan. Esto era un sótano, si alguien no puede subir las
escaleras, también hay ascensor. Explica la manera de vivir la última cena, las
verdades de vivir los cuadros, so pequeños, ya que el cobre se bombea al paso
del tiempo. El barroco es rico en detalles, mitología tienen un significados
simbólicos, cuando se ve el rojo significa el rey o grandeza de una persona. Aquí
la intercepción de todos los santos
el Pelícano símbolo
de la urna donde se mete el Señor. Diego de Siloe y Torcuato Ruiz de
Peral agrandaron la catedral, tomando parte del campo, el coro barroco, las
cúpulas son góticas, aquí os aviso que está el Santísimo y San Torcuato en
medio, a la una menos veinte y cinco se despide la monja Gema.
A sido una experiencia, comunicativa, expresiva y tolerante, para todos los que pusimos atención a esta mujer, que vive su vida por y para la iglesia, mereció la pena escuchar con los cinco sentidos. Pasamos a la Plaza de las Palomas, las rosas amarillas, se movían con una brisa que hace en esta zona. Son la una y cuarto, vamos a visitar el mercadillo medieval, he comprado lomo ahumado, por cierto, muy bueno, ya que lo probé antes de comprarlo, mientras las flores de los chopos si que me molestaban en la garganta, se me irritó del polen, nunca me pasó esto. Me refugié en el Bar Río Verde a tomarme una cerveza fresca, como suplemento de tiempo, y a la vez estar un poco resguardado del polen que no me dejaba tranquilo, esta comezón que se filtraba por todas partes, incluso, en el suelo del bar.
A las dos menos diez llegamos al
autobús, pronto empiezan a caer unas gruesas gotas de lluvia. Ahora ha cambiado
el viento, se hace más intenso y rola de poniente, dos palomas se adentran en
un hueco de los ladrillos macizos. No os preocupéis que debáis
pasarlo bien, comenta Antonio por el micro, después de esperar un poco a
los tres rezagados, salimos de este aparcamiento donde bajamos por la mañana.
Estamos en Purullena Restaurante “Ruta del Sur” son las dos menos
diez, pronto aparecen los camareros preguntando el menú que queríamos cada uno,
por mi parte he pedido, sopa de picadillo, filete de aguja a la plancha, vino y
una cerveza y de postre helado de limón. Este salón comedor es amplio, con
cuatro cúspides, que hace que entre luz natural, cinco pilares centrales
adornados con focos florecientes, al sur un ventanal, donde se ve parte de la
sierra con la nieve y unas nubes que rodean por todas partes, la cumbre, los
chopos verdes que levantan sus copas, entre cortijos esparcidos, en los
extremos farolas iluminarías, junto a las cortinas rojas, dan colorido a este
bello salón.
Eran las cuatro y media, de nuevo
subimos al autobús, Antonio hace el recuento, espero que hayáis comido bien,
ahora vamos a visitar el Balneario, después el pueblo de Cortes, comenta
Antonio, mientras le pregunto por la posada, de la Pepa, donde se alojó mi
mujer, hace más de treinta años, cuando yo tenía el ciento treinta y tres verde ¿Qué tiempos aquellos?
Ya eran las cinco menos cuarto,
visitamos el Balneario, vamos a ser rápidos, no es común de enseñar a la gente
que no se va a bañar. Las aguas agro medicinales sirven: para la piel, los
huesos, el sistema nervioso, la circulación. Las cúpulas son árabes, hemos
tocado el agua caliente, visto los baños turcos de vapor.
Las primeras cuevas hotel datan
de 1600 o 1700, el pueblo tiene unos dos cientos habitantes, El cerro Mutual,
allí había un cementerio, una obra pía con una placa, hemos paseado por la
acera, en la sombra, aquí nos sentamos en una terraza, cubierta de yedras, que
rodean y se adentran por completo en este espacio, tomamos descafeinado de
sobre, mientras un gorrón se subía en la silla del lado, no se asustaba, vino
varias veces. Descansamos un poco, con un hormigueo en los pies, después de subir los treinta escalones, de gruesas
maderas, entramos en” Las cuevas Blancas”, es un privilegio de ver esta terraza,
es una cueva, para el alquiler, según comenta la empleada, que dijo que
terminaba de limpiar de una familia que se había ido por la mañana, los
empresarios tienen cuatro en alquiler. Preguntada por el precio, dijo que era
de veinte y cinco €uros, si es para un día, si es para más a veinte por
persona.
Eran las siete y media cuando
subimos al autobús, después, mientras llegaban los demás he tomado un poco de
chocolate, con galletas marías doradas. Bunas tardes, donde vamos a dirigirnos
es a Cortes que está aun kilómetro, esta
estrecha carretera, que apenas coge el autobús. Vamos a subir a ver a ver unas
cuevas, estamos viendo, las cuevas que se comunican desde arriba a bajo, son
del siglo X, este pueblo es único, aquí se bautizó el primer cristiano, ahora
veremos una vía positiva.
La cueva refugio, esta zona fue
rica en moreras la cría de gusanos para extraer la seda, el cultivo de patatas,
frutales, melocotones, perales y higueras etc.Ver como se aferran las personas
mayores, en estos huertos, donde siembran de todo un poco, a mi me llamó la
atención aquel mayor en la labranza de sus patatas, el cual estaba preparado
con su caja grande, para sentarse, cuando se cansaba. Son parcelitas que tienen
de todo un poco, siembran para la alimentación familiar, la fe les mantiene
activos, mientas las mujeres se sientan en frente de la iglesia, se conforman
con ver y disfrutar de las flores, ellas se sienten extrañadas nos miran y
callan.
Las cuevas le tapaban la entrada
con una enorme rueda, una vez en su interior subían por unas escaleras, hasta
el segundo piso, el que le servía de defensa. El conjunto de los Cabarrones de
Cortes de época almohade, es uno de los mayores, de interés histórico y
paisajístico se divide en dos sectores……..
Eran las siete y diez visitamos
la iglesia con la virgen de los ángeles, la pila bautismal de grades
dimensiones, esta fue una visita con la hora cumplida, por que ya eran las ocho
menos veinte y Samuel tenía que regresar.
Antonio hace de nuevo el
recuento, esta vez por dos veces, salimos por la estrecha carretera, a la
derecha una piara de ovejas y cabras negras, se arremolinaban al paso del
autobús, mientras el pastor intentaba controlarlas.
No se si podéis ver el vestigio
de una cueva Vigía que comunicaba con las que hay en frente. Espero lo halláis
pasado buen día, aquí en mi tierra, son las nueve y veinte cuando vamos por la
A 92, unas nubes grises que se pierden por el horizonte, mientras el verde de
las cementeras, en cuerdas entre peñascos y olivos, cuando la tarde se va
poniendo opaca, por estos llanos de Diezma.
A las nueve y cinco cogemos la a
44, bueno comenta de nuevo Antonio, Fátima y yo nos bajaremos aquí espero lo
halláis pasado bien, mañana nos veremos en clase, son las nueve y cuarto, a las
diez pasamos por la rotonda de la Puchilla, paradas los multicines, el cerro, los telares, Aprosmo, la perdiz y
por ultimo la calle ancha.
“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los
deshonestos, de los sin ética. Lo que me preocupa es el silencio de los
buenos”(Matín Luther King)
Espero y deseo que hayamos
pasado buen día, agradecer a los maestros que nos han tenido que aguantar a
tantos, cada una como es. Para mi ha sido un placer, compartir estas once
horas, en las que he tenido la oportunidad de escribir, a mi forma de ver las
cosas, ya hace treinta y cinco años que redacté mi primer relato de viajes, el
primero a Ronda hoy este es el penúltimo, como se dice, recuerdos para los que
hicimos esta visita y para los que no vinieron, para que recuerden lo que se
perdieron de hacerlo, para mi ha sido un placer de este encuentro, por mi parte
me despido atentamente y hasta la siguiente, no quiero dejar de narrar un poema
de este día que escribo a continuación.
Fue por aquella primavera,
¡Como se mueven los chopos!
deshojando sus blancas flores
sembrados van dibujando campos
Aquellos días primaverales.
Aquí termina la cordillera
la más hermosa de este sur
blanca lleva la cabellera
de hermosura y gratitud
En lo más hondo de la cueva,
un morito está prisionero
la condena que le lleva
por la sombra de un lucero.
Fue aquella primavera,
en la puerta de la catedral
una paloma mensajera,
se posaba en un cristal.
Atrás quedaron aquellas flores,
como ese recuerdo esencial
de estas personas mayores
que labraban en su bancal
Motril a 14 -5 2013
Manuel
Escañuela
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