Nº 12 .- “CAMINO LAS CAÑAS”, relato de Emilio Fernández Gálvez segundo premios del I Certamen de relato breve Motril de Antaño


         Sí, así, sin preposición, como yo la he conocido siempre. ¡Hola!. Me llamo Juanito. Yo viví en esta calle, justo al principio de ella, muy cerca de la Plaza de San Sebastián. Donde estaba el reloj de Vitoria; ese que repetía las horas (de ahí el dicho  motrleño. ¡Te repites más que el reloj de Vitoria!). Muchas noches me dormí contando las horas y poniendo mucha atención en la segunda vez, para ver si daba las mismas campanadas que la primera2
       Delante justo del repetido y repetitivo reloj había una pequeña ermita, dedicada a San Sebastián. Todo aquello era desierto a esta parte. El edificio de La Palma se erigía como vigilante de toda la vega, que empezaba desde la acequia de enfrente hasta el rebalaje. A su derecha se levantaba imponente la Fabrica del Pilar, conocida como fábrica Burgos –me figuro que en alguna época sería propiedad de un Burgos de aquellos próceres y terratenientes, que tantos había en la comarca- se accedía a dicha fábrica por una cuestecilla que se enroscaba precisamente en la referida plaza de S. Sebastián. 
         Recuerdo que los pequeños nos reuníamos justo en donde los camiones-cisterna tenían que ponerse casi al paso para dar la curva, cuando venían desde la carretera de Málaga cargados de melaza; nos proveíamos de unos jarros -hechos de hojalata, con botes de leche condensada, donde les habían aplicado una tira con forma de signo de interrogación- y uno tras otro todos los chavales llenábamos los jarros. Esta melaza nos serviría para endulzar el café o se destinaba a reblandecer un mendrugo de pan para merendar...


Emilio Fernández Gálvez 
Segundo premios del I Certamen de relato breve Motril de Antaño


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