Últimos trabajos literarios de Victoria Flores Barros

 


NOCHE DE LLUVIA Y DE TORMENTA

 

Parece que va a llover; me dije asomada a la ventana. El cielo estaba oscuro, las nubes eran tan espesas que no dejaban pasar los rayos del Sol. Así estuvo todo el día, pero cuando anocheció la negrura aumentó y amenazaba con tormenta. Sobre las nueve empezó a llover y a tronar, y lo hacía con mucha fuerza. Mi hija había salido por la tarde con sus amigas, no venía, ni llamaba por teléfono, y ya era noche cerrada. Mi marido me dijo que no me preocupara, que cuando parara de llover vendría. Nuestra hija, tú sabes que es muy responsable. Diciéndome esto se fue a dormir. Al otro día tenía que levantarse temprano.

Me fui a la salita, acerqué el sillón a la ventana, y me senté a esperarla. Quería verla antes de irme a la cama.

Los relámpagos al reflejarse en el cristal me deslumbraban, no podía tranquilizarme. Mi cabeza no paraba de pensar y decirme barbaridades que podían pasarle. ¡Sentía tanto miedo!. Pasaron varias horas hasta que paró la lluvia y la tormenta. Al poco rato vi venir a mi hija con sus amigas, ellas reían como si nada, al verla tan contenta no fui capaz de regañarle. Solo le dije vete a la cama, no formes ruido, tu padre hace rato que duerme, no vayas a despiértalo, que mañana ya hablaremos.

 

LA ESPERA

 

La Luna esperaba que el sol asomara, y las estrellas resplandecían, y no se movían.

Los peces en la oscuridad nadaban, y aguardaban.

El mar estaba impaciente y silencioso,

Las gaviotas desveladas en la arena se acurrucaban.

Todos ellos esperaban que el día

llegara.

Querían ver a los dos astros despedirse, antes de que despuntara el alba.

Pero aquella noche, el Sol se quedó dormido.

Y la madrugada se retrasaba.

 

PARA ABRIL DE SU AMIGUITA TUMBI

 

Querida Abril, soy tu perrita Tumbi. Te escribo esta carta para que sepas que te quiero mucho. Pero que he tenido que marcharme a un lugar muy lejos, a cuidar a unos primitos que estaban allí muy solitos; que no tienen papás ni hermanito, ni tampoco abuelitos ni titos ni primos. ¿Pero tú sí que tienes abuelitos primitos y mucha familia verdad?.

No quiero que estés triste porque me haya ido, quiero que sepas que estoy bien, y muy contenta con mis nuevos amiguitos. Juego con ellos y son muy buenos conmigo.

Dile a tu hermanito Carlos que cuando llegue la noche y salgan las estrellas, que mire para ellas, que Tumbi ahora se ha ido a vivir allí con sus primitos. Cuida a tu yaya Loli y darle muchos besitos y quierela mucho.

Y tú mi querida Abril recibe muchos abrazos y besitos muy fuertes de tu amiguita Tumbi.

 

MÚSICA PARA RECORDAR

 

Hace poco fui al cine; y en una de las escenas de la película, se veía a un músico en medio de una plaza dando un concierto, La gente estaba sentada en el suelo escuchando en silencio, como si de un teatro se tratara.

El instrumento que tocaba era una caja alargada metálica, con dos antenas en los extremos llamado “Theremin“. Me llamó mucho la atención, cuando descubrí que con solo mover las manos sin tocarlo, sonaba una música maravillosa.

Estaba tan relajada en la butaca de aquel cine, que al escuchar la música me invadieron sensaciones y añoranza de otro tiempo, y mientras escuchaba la melodía empecé a recordar. Aquellos años felices de mi juventud, cuando iba con mis amigas a la feria. Aunque la música era distinta, no sonaba igual, me emocionó tanto que me hizo recordar y revivir sentimientos que sentía entonces, qué siento ahora al oír la música, y cada vez que regreso a mi pasado vienen a mi memoria.

Son momentos de nuestra vida que están ahí, y nunca se olvidan.

 

Victoria Flores Barros


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