Ahora puedo hacer todo lo que me gusta
Empecé a trabajar muy pequeño apenas tenía ocho años pero aún así tuve una infancia feliz muy bonita, donde todos los niños jugamos y disfrutamos de todos los juegos, como las canicas calimocho, pillapilla, clavo, trompo y churri churri y a piola etc. también esperábamos los carros con las bestias que venían cargados de cañas y cabos y nos subíamos en ellos, para nosotros eso era una fiesta. Otras veces nos íbamos a bañarnos a la acequia, donde más de una vez llegábamos a casa sin ropa porque el guarda nos las quitaba, luego nos la llevaba porque ya éramos bien conocidos, cuando llegábamos a casa en calzoncillos nuestras madres nos recibía con la zapatilla y una gran bronca y con la coletilla “verás cuando llegue tu padre”. El 17 de Julio por la noche nos íbamos todos los vecinos y también mis primos de Dúrcal a la playa para amanecer allí el 18, era un hervidero de niños, nuestras madres no nos quitaban los ojos de encima por si alguno se perdía. En Octubre llegaba la feria de g